Hace 10 meses que me embarcaba en un nuevo y apasionante reto profesional: Gerente de Desarrollo de Negocio para Latinoamérica en Ándago. Tras valorar 
Ándago suponía para mí una magnífica oportunidad de colaborar con una empresa que contaba
Creo que de todos los aspectos que se deben valorar cuando uno valora una oferta de trabajo, dos de los principales deben ser el clima laboral (lugar de trabajo, compañeros en los que apoyarte y de los que compartir-aprender, herramientas) y la posibilidadad de implicarse y sumar, sentirse que puedes con tus conocimientos y experiencias aportar valor a ese equipo o empresa. La internacionalización que Ándago había comenzado años atrás le había permitido tener presencia en diferentes países, entre otros: Panamá, Perú, UK y USA.
Por si fuera poco, yo iba a colaborar en que la empresa siguiera creciendo, sumando países, proyectos, retos, etc. De hecho, nada más confirmar mi incorporación, comenzaba mi trabajo viajando a Chile, Paraguay y Perú. Todo era ilusión, ganas, posibilidades, medios, compañeros superinvolucrados, … hasta que de repente, el globo se pinchó, la maldita falta de liquidez había llegado, y desde ahí, hasta hace unos días:
ERE o lo que es lo mismo, Expediente de Regulación de Empleo para la totalidad de la plantilla (todos los trabajadores a la calle), 6 nóminas atrasadas que no se han pagado, un montón de familias, esperanzas, sacrificios, retos,… que no ven recompensada sus esfuerzos, y yo, al igual que la totalidad de la plantilla de Ándago (más de 40 magníficos profesionales) buscando un nuevo destino profesional.

